Cuando los hijos van creciendo, sus opciones de ocio se diversifican y los niños van cobrando autonomía para jugar más tiempo solos o con amigos y menos en compañía de los padres.
Una familia responsable hace bien en interesarse en qué hacen sus hijos, y la mejor manera de asegurarse de que su ocio es sano, es estando informados y por supuesto hablando con ellos.
Una opción de ocio perfectamente sana y divertida son los juegos de rol, que además aumentan el léxico, desarrollan la creatividad y favorecen las relaciones interpersonales; sin embargo estos tienen una cierta leyenda negra que causa inquietud a muchas personas. Por ello hoy vamos a adentrarnos un poco en la naturaleza de estos juegos, intentando echar abajo los mitos que los rodean y recomendando algunos ejemplos con los que empezar a jugar.
¿Qué es eso del “juego de rol”?
Todos hemos jugado a rol alguna vez en nuestra vida: cuando éramos pequeños y utilizábamos muñecos para imaginar que éramos un valiente astronauta y narrábamos en voz alta nuestras aventuras, estábamos jugando a rol. Los libros del tipo “Elige tu propia aventura” están emparentados con los juegos de rol ya que el lector decide qué decisiones tomará el protagonista. Y de forma más simple, cuando vemos una película y pensamos que no actuaríamos igual que los actores y divagamos imaginando qué haríamos verdaderamente en su lugar, estamos jugando a una variedad de rol en solitario.
La clave de estos juegos está en elegir un personaje e imaginar qué actos y decisiones tomaría en determinadas circunstancias. Para que pueda jugarse en grupo, los juegos de rol comerciales establecen un reglamento igual para todos los jugadores y aportan ambientación: mapas, dibujos, trasfondo, posibles problemas y soluciones. Es tan sencillo como sentarse con amigos alrededor de una mesa e ir interviniendo en una historia que se construye entre todos.
Un poco de historia
Los juegos de rol aparecen en los años 70 de la mano del estadounidense Gary Gigax y su amigo y compañero Dave Arneson, autores del considerado primer juego de rol: “Dragones y Mazmorras”, que a su vez está inspirado en los juegos de batallas históricas (muy populares en la primera mitad del siglo XX, especialmente aquellos basados en las guerras napoleónicas).
Gigax y Arneson añadieron fantasía a su juego y lo hicieron más accesible al público. La fórmula funcionó y enseguida se convirtió en un éxito de ventas. Inmediatamente empezaron a aparecer nuevos títulos y nuevas formas de jugar.
En los 80 alcanzan su máxima popularidad, demostrada por la creación de clubes de amigos del rol y peñas que se reúnen para jugar en los barrios, no sólo de Norteamérica, sino del resto del mundo occidental, incluida España.
El éxito de los juegos de rol les lleva a introducirse en otros ámbitos, como los videojuegos y la TV (¡cómo olvidar la divertida serie de dibujos animados “Dragones y Mazmorras”!) y más tarde el cine y otros sistemas de juego, como las cartas “Magic”, que mucho le deben a esos primeros juegos de rol.
En los 90 y primeros 2000 su mercado se enfría, aunque en los últimos años parece que poco a poco vuelven a estar de moda.
¿Cuál es la temática de estos juegos?
“Dragones y Mazmorras” nace como un juego de batallas fantásticas inspiradas en la época medieval y sigue siendo un juego popular y un referente, aunque no todos siguen la misma temática.
Algunos juegos de rol se inspiran en libros o películas populares, como “El Señor de los Anillos”, “La Guerra de las Galaxias”, “James Bond”, los libros de Agatha Christie, o incluso en nuestro “Capitán Alatriste”. Hay juegos de humor y parodia, como el basado en las novelas de “Mundodisco”, el famoso “Paranoia”, o el español “Fanhunter”. Hay juegos ambientados en historias de terror, como los populares “Vampiro”, “Hombre Lobo” o el español “Aquelarre”.
Los hay de temática histórica, como “Far West”, “Bushido” o “En Garde!”. Y los hay de temática futurista, como “Ciberpunk”, “Heavy Gear” o “Fading Suns”.
En realidad, hoy en día hay juegos de rol con cualquier ambientación, por lo que si prefiere que sus hijos se inclinen por una en concreto, existe oferta suficiente para ello, al igual que la hay en cuanto a cine, televisión y lecturas.
¿Cuál es la mecánica en concreto?
Para empezar, existen tres tipos de juego que se llaman “de rol”:
- Rol de mesa, que es la modalidad original y la más clásica y se juega sentados
- Rol en vivo, que se juega al aire libre con grandes grupos de personas
- Videojuegos de rol, para jugar en solitario, o con más gente a través de internet.
Hoy nos centraremos en la modalidad más clásica, y hablaremos de las otras dos en otra ocasión.
Para jugar a rol de mesa es necesario tener un manual o libro de juego, que debe conocer bien al menos uno de los jugadores, pues allí vienen todas las reglas y posibles historias o “aventuras” que se pueden proponer. Este jugador más experto será el Director de Juego, o DJ, y será quien expondrá la ambientación a los demás y quien les ayudará a crear sus personajes según las reglas del manual. También actuará como árbitro entre los demás jugadores y dará una base narrativa a la historia que están creando juntos. Por ejemplo, puede explicar que la historia va a tener lugar en las callejuelas del Madrid antiguo y describir cómo va pasando la gente, cómo visten, cómo hablan y qué se comenta en las tabernas, etcétera.
El DJ normalmente es el propietario del manual o el amigo que más dotes narrativas posea. Si usted quiere jugar a rol con sus hijos adolescentes y ha disfrutado contándoles cuentos cuando eran niños, puede tomar este papel, que requiere memorizar más datos, y permitir que sus hijos se diviertan simplemente como jugadores, sin tener que saber prácticamente nada de antemano.
Los demás jugadores elegirán un rol o personaje que les represente e imaginarán y expondrán cuál es su nombre y profesión, sus habilidades y su personalidad. Incluso es habitual redactar una pequeña biografía o hacer un dibujo de cómo podría ser ese personaje que han escogido. A menudo, en el manual vienen fichas fotocopiables para rellenar las características de los personajes, o incluso modelos de personajes ya creados.
A partir de aquí, el juego se basa en el uso de la imaginación y la narración como motor principal, es decir, que los jugadores deberánimaginarse las situaciones del juego e ir narrando cómo solucionarían los distintos lances.
El margen de libertad es muy amplio; los personajes del juego pueden hacer prácticamente cualquier cosa que imaginen los jugadores. Por ejemplo, ante una propuesta sencilla como “entráis en un pequeño pueblo de pescadores”, el jugador podría elegir buscar una posada, acudir a una taberna, bajar al puerto, hablar con la gente, volverse a marchar por donde ha venido o cualquier otra cosa que se le ocurra, porque es cada jugador el que en todo momento decide qué quiere hacer. Con estas bases, los participantes deberán escuchar, tomar decisiones, dialogar e interpretar qué haría su personaje.
Las partidas suelen ser bastante largas aunque la duración es flexible según la aventura que se elija, el ritmo de juego los jugadores y el que marque el propio DJ; por lo que se podrá jugar durante una larga tarde de domingo (unas cuatro o cinco horas), o en varias sesiones a lo largo de un mes, dos, tres, o todo un curso escolar.
A menudo, se utilizan mapas o tableros, reglas, papel y lápiz o incluso una calculadora para poder jugar y dar a la imaginación una base más realista. Entre estos añadidos, los más icónicos son los dados, que a menudo tienen diferente número de caras y sirven, principalmente, para cubrir el peso del azar. Por ejemplo, si un personaje va a escalar una torre, deberíamos calcular si es lo suficientemente ágil para hacerlo según su peso y el estado de la torre y de la cuerda que podría usar y finalmente tiraremos los dados para saber si lo consigue. Si la dificultad es muy grande (por ejemplo, la calculamos en un 15 sobre 20), el jugador que lleve ese personaje deberá sacar una tirada alta (entre 15 y 20 en un dado de 20 caras). Y si a lo mejor le ayuda otro compañero a subir, la dificultad puede bajar a 10 (un 50% de posibilidades) con lo que sería más fácil escalarlo.
Existen muchos sistemas, algunos más sencillos y otros más complejos. La clave está en mantener un nivel de dificultad adecuado para divertirse. Si fuera un juego en el que todo se pudiera lograr a la primera, no supondría un reto, y si fuera una empresa imposible, resultaría frustrante. Por esto, la última palabra la tiene el DJ, que será el intermediario entre el manual y los jugadores; muchos libros de juego abogan por adaptar un poco las normas si con eso la partida es más viable y entretenida.
¿Qué tienen de positivo?
Desarrollan la imaginación: los jugadores tienen que imaginar la aventura y usar su creatividad para que siga avanzando.
Son divertidos: sea cual sea la temática, ofrecen entretenimiento durante muchas horas. Normalmente las anécdotas de las partidas se convertirán en chistes compartidos que el grupo nunca olvidará.
Son cara a cara: se juega con amigos en torno a una misma mesa, compartiendo a menudo una buena merienda, lo cual aumenta la camaradería y cimenta la amistad. Un niño o niña tímido puede ver en los juegos de rol una oportunidad para relacionarse con otros. Permite practicar la comunicación y la negociación.
Son colaborativos, no competitivos: los jugadores deben ayudarse unos a otros para acabar la historia, lo que fomenta la habilidad de trabajar en equipo.
Son inclusivos: cualquiera puede jugar en una misma partida, dando igual si son chicos o chicas o su edad (pueden jugar personas de diferentes edades). No requiere un esfuerzo físico y otras dificultades pueden solventarse con la ayuda de los demás jugadores.
Es un entretenimiento activo: inmersos como están nuestros niños y adolescentes en un mundo de ocio pasivo, en el que todo se recibe ya hecho, es positivo encontrar un entretenimiento que demande atención, comunicación y acción. Los jugadores no sólo reciben la historia, sino que la interpretan y la crean en conjunto.
Fomentan los hábitos de lectura: está claro que el DJ deberá leer con atención el manual para poder jugar y, probablemente también querrá leer más sobre la temática del juego para ambientarlo (por ejemplo, si se basa en “El Señor de los Anillos” querrá leer la obra de Tolkien). A los demás jugadores también se les suele despertar curiosidad por la temática del juego y probablemente querrán ser ellos el DJ la próxima vez.
Son didácticos y aumentan el léxico: es posible aprender mucho de las ambientaciones de estos juegos (en especial si son históricas o literarias), e, incluso cuando el tema es fantástico, siempre ampliarán el vocabulario de sus jugadores.
Desarrollan las habilidades narrativas: los jugadores deben explicar con claridad y un poco de gracia las decisiones que toman para su personaje, y sobre todo el DJ debe saber ambientar la partida utilizando descripciones, onomatopeyas y adjetivos. Al principio se ayudará en el manual para hacerlo aunque progresivamente se convertirá en un experto narrador o narradora.
Agilizan la toma de decisiones: una persona indecisa o insegura puede practicar a tomar decisiones en un entorno seguro y adquirir así más confianza en sí misma. El juego no la lleva por un camino preestablecido sino que se le pide que piense qué quiere hacer y se le da un margen de libertad muy amplio.
Fomentan la autonomía creativa: el propio juego permite y anima a que se modifique para adaptarse a los jugadores. Las reglas sirven para hacer más interesante la partida aunque se pueden cambiar si surge la oportunidad. Todo esto consigue que los jugadores se sientan a menudo con ganas de crear sus propias aventuras o juegos enteros.
Son portátiles: aunque a menudo se juegue en casa, transportarlos es tan es tan sencillo como llevar un libro y un par de dados en la mochila. Se pueden jugar en el colegio, en el pueblo, en la piscina, en el campamento…
Se pueden jugar en casa: si a usted le preocupa dónde van sus hijos y con quién, puede tenerles cerca invitando a sus amigos a jugar a rol en su casa tomando la merienda. Además, así conocerá mejor a sus amistades.
Son baratos: un manual de rol cuesta entre 20 y 50€; no es más caro que otros juegos y sí compensa mucho por su rejugabilidad, ya que un mismo libro puede dar para incontables horas de juego. También existen muchos juegos de rol gratuitos descargables por internet por estar libres de derechos de autor o porque son creados por aficionados que quieren compartirlos con la comunidad; por último, muchos juegos de rol clásicos, pueden encontrarse a la venta de segunda mano, siendo tan divertidos como uno nuevo.
Entonces, ¿qué tienen de malo?
En realidad los juegos de rol no tienen nada de malo, son uno más entre un gran abanico de posibilidades de ocio. Es cierto que han tenido cierta leyenda negra durante un tiempo que se refieren a mitos o a ideas preconcebidas más que a la realidad.
Aunque la prensa dio el nombre de “asesinato del rol” a un crimen cometido en nuestro país en 1994, pronto se demostró que el suceso nunca tuvo nada que ver con ningún juego de rol (se trataba de un titular sensacionalista).
Otros argumentos como que “el rol enseña hechizos reales” o “es satánico” son tan pueriles que no merecen una respuesta.
Por último, ante quienes piensan que el rol puede fomentar la violencia, recordemos que es un argumento que se ha utilizado sin una verdadera base contra cualquier entretenimiento (el cine, la televisión, la literatura, los tebeos, los videojuegos…) y que, como en todo, existe una oferta temática tan variada que si un juego de rol sobre espadachines o vaqueros del Far West, le parece muy violento, puede escoger otro más de su agrado.
¿Cómo empezar a jugar?
Aunque la mayor parte de los jugadores de rol están entre los 19 y los 35 años, se puede empezar a jugar mucho más joven. Un niño o niña de 11 o 12 años puede jugar perfectamente a casi cualquiera de los juegos más vendidos, con ayuda de un DJ más mayor que ya conozca las reglas.
Para la primera aproximación, puede ser apropiado escoger un juego que tenga tablero, miniaturas y otra parafernalia que ayuda más a visualizar la partida y son más atractivos en principio que aquellos en los que los participantes sólo hablan. Por ejemplo, considero recomendable el clásico “Hero Quest” que en realidad es un paso intermedio entre los juegos de mesa y el rol, y que es un acierto seguro para los jugadores jóvenes. El argumento es recorrer una mazmorra poblada de monstruos, encontrar tesoros y resolver algunos puzles para encontrar la salida. Los personajes pueden encarnar a bárbaros, enanos, elfos o magos, cada uno con sus habilidades especiales, que, colaborando en equipo, les llevarán a la victoria.
En esta misma categoría, a medio camino entre el juego de mesa y el rol, están “Leyendas de Andor” (muy similar al anterior, aunque más moderno) y “Sherlock Holmes, detective asesor” (que nos sumerge en los misterios del Londres decimonónico), y que son accesibles para adolescentes.
Si resultan demasiado complejos, también existen juegos especialmente pensados para un público infantil, como “Mouse Guard”, basado en los tebeos del mismo nombre, en el que los protagonistas son valientes ratones en una sociedad similar a la humana en el siglo XII y contienen historias muy originales e ilustraciones muy bellas. O el español “Pequeños detectives de monstruos”, con el ambicioso objetivo de servir a niños desde los tres años de edad, que jugarán a ser los encargados de atrapar a los monstruos que asustan por las noches. También es de interés el juego gratuito online “Rol para peques”(rolparapeques.rolgratis.com) con aventuras sobre dinosaurios, cowboys, gladiadores, exploradores del espacio o vampiros, todas adaptadas a los más pequeños de la casa.
También debemos hablar de dos famosos juegos narrativos de cartas, más sencillos que el rol y también muy creativos y divertidos. Por un lado, el juego “Érase una vez”, en el que cada participante es un narrador que cuenta una historia haciendo uso de elementos de los cuentos de hadas que vienen indicados en unas bellas cartas. Y por otro el “Sí, Señor oscuro”, que utilizando una mecánica similar lleva a los jugadores a interpretar a unos simpáticos goblins que deben poner excusas a su malvado Señor sobre por qué se han escaqueado de sus últimos planes malignos.
Si el adolescente tiene más de 10 años y ya ha cogido el gusto por la lectura y los juegos de mesa, desde aquí recomiendo empezar directamente por “Dragones y Mazmorras”, pues es un juego popular y muy redondo, que además ha sido corregido y reeditado a lo largo del tiempo, por lo que no encontrará dificultades para encontrarlo ni para jugar. Probablemente incluso alguno de sus conocidos lo tenga y se lo pueda explicar. La temática es fantástica medieval: un mundo de hechiceros, elfos, trols y pícaros en el que los tesoros, la magia y la aventura están a la orden del día.
Para seguir, otros juegos interesantes y accesibles a jóvenes y adolescentes son “Pathfinder” (también en un contexto de fantasía medieval), “Star Wars: Al Filo del Imperio” (para los amantes de la saga galáctica) o “Savage Worlds” (una alternativa muy sencilla, rápida y divertida que contempla diversas aventuras trepidantes). Aunque la variedad es enorme.
Otra opción es
visitar un club de rol o una peña de juegos de mesa. Estas asociaciones suelen estar muy abiertas a enseñar a gente joven sus juegos e incluso suelen organizar jornadas de divulgación. Puede consultar por internet cuáles están cerca de su domicilio en páginas como
Laboratorio Friki y
El rol de siempre online.
En fin, sólo queda por añadir ¡que tengan una buena partida!
Enlace web: http://adolescentesymas.com/los-juegos-de-rol-contra-su-leyenda-negra-potencian-el-lexico-la-creatividad-y-las-relaciones-interpersonales/#comment-9312
