miércoles, 27 de mayo de 2015

Así combate Finlandia el acoso escolar y el cibernullying en las aulas.-

EDUCACIÓN

Así combate Finlandia el acoso escolar y el ciberbullying en las aulas


El programa KiVa no solo detiene a los acosadores sino que también aumenta el bienestar y la motivación por estudiar

FOTOLIA
Es un programa cuidado hasta el detalle que se llama KiVa, un acrónimo sencillo, y casi pegadizo, de dos palabras finlandesas Kiusaamista Vastaan (contra el acoso escolar). Con esta iniciativa,Finlandia está logrando frenar el acoso escolar y el ciberbullying en sus aulas. Implantado ya en el 90% de los colegios de educación básicasu éxito ha resultado tan arrollador que contar, o no, con este proyecto ya es un requisito que muchos profesores y alumnos tienen en cuenta a la hora de elegir y valorar un centro educativo donde trabajar o estudiar.
KiVa surgió de un serio compromiso entre la comunidad educativa y el gobierno finlandés. Tras una década de no lograr acabar con los casos de acoso escolar y de ciberbullying entre los estudiantes, llegó un momento en que el entonces ministro de Educación, Antti Kalliomäki, se planteó seriamente atajar el problema y habló con un grupo de investigadores de la Universidad de Turku que llevaba 25 años estudiando las relaciones entre los niños. Un año después, en 2007, arrancó el programa KiVa, financiado por el propio Gobierno, y diseñado por este equipo.

Casos de acoso que desaparecieron

«El proyecto se fue poniendo en marcha aleatoriamente en los colegios finlandeses», cuenta Christina Salmivalli, profesora de Psicología en Turku y una de las creadoras de KiVa. La universidad realizó, unos años después, un estudio para evaluar cómo se iba desarrollando el programa. Los resultados fueron espectaculares. «Fue el mayor estudio realizado en Finlandia. Participaron 234 centros de todo el país y 30.000 estudiantes de entre 7 y 15 años. KiVa había logrado reducir todos los tipos de acoso en los colegios. Los casos de acoso escolar desaparecieron en el 79% de las escuelas y se redujeron en el 18%», explica la profesora.
Sólo con un año de implantación los investigadores comprobaron que en algunos cursos el número de niños acosados bajó incluso un 40%. Pero además se llevaron una grata sorpresa al constatar que «KiVa también aumenta el bienestar escolar y la motivación por estudiar, al mismo tiempo que disminuyela angustia y la depresión», dice Salmivalli.
A diferencia de otros modelos que se centran exclusivamente en la víctima y el acosador, «KiVa intenta cambiar las normas que rigen el grupo —indica la profesora—. Dentro del grupo están los otros, esas personas que no acosan, que observan, que son testigos y que se ríen. A través de esa comunicación no verbal transmiten el mensaje de que lo que pasa es divertido o está bien, aunque tengan una opinión diferente. No hay que cambiar la actitud de la víctima, para que sea más extrovertida o menos tímida, sino influir en los testigos. Si se consigue que no participen en el acoso, eso hace cambiar la actitud del acosador. El objetivo es concienciar de lo importante de las acciones del grupo y empatizar, defender y apoyar a la víctima».

El contenido

Y así se sigue en el programa. Los estudiantes reciben una veintena de clases a los 7, 10 y 13 años para reconocer las distintas formas de acoso y mejorar la convivencia. Hay diez lecciones y trabajos que se realizan durante todo el curso académico sobre el respeto a los demás, la empatía... Cuentan con material de apoyo: manuales para el profesor, videojuegos, un entono virtual, reuniones y charlas con los padres... «Detectamos que muchos niños víctimas no contaban su caso. Así que añadimos un buzón virtual. De esta forma, pueden denunciar si son víctimas o testigos y nadie lo sabe», cuenta Christina Salmivalli. Para hacerse una idea, KiVa establece que los vigilantes del recreo usen chalecos reflectantes para aumentar su visibilidad y para recordar a los alumnos que su tarea es ser responsables de la seguridad de todos.
En cada colegio hay un equipo KiVa, formado por tres adultos que se ponen a trabajar en cuanto tienen conocimiento de un caso de acoso escolar o ciberbullying en el centro. «Primero actúan como filtro, para reconocer si es un acoso sistemático o algo puntual. Después se reúnen con la víctima para dale apoyo, ayudarla y tranquilizarla. También hablan con los acosadores para que sean conscientes de sus acciones y las cambien», indica.
La profesora Salmivalli está dando a conocer el programa en otros países y buscando socios-colaboradores para extenderlo. El proyecto ya ha merecido reconomientos internacionales y se ha exportadoa Reino Unido, Francia, Bélgica, Italia, Suecia, Estados Unidos... ofreciendo también resultados muy esperanzadores. Se ha comprobado que el acoso escolar ha disminuido entre un 30 y 50% en esos países durante el primer año de implantar KiVa. En España, algunos colegios y organizaciones ya se han interesado por esta iniciativa. «Nosotros no podemos atender individualmente a las escuelas de todo el mundo que nos escriben. Necesitamos —concluye la profesora— que en cada país exista una organización encargada de extender el proyecto, con socios locales que aporten una inversión para la traducción del programa, para pagar la licencia del desarrollo de KiVa y el sueldo de una coordinadora internacional».
Enlace web: http://www.abc.es/familia-educacion/20150527/abci-programa-finlandia-acoso-201505261029.html

martes, 26 de mayo de 2015

Las diez claves de la educación en Finlandia.-

El sistema educativo finlandés está considerado uno de los mejores del mundo, especialmente por sus buenos resultados en los Informes Pisa, la evaluación que realiza la OCDE cada tres años. ¿A qué se debe? Te explicamos algunas características esenciales de la educación en el país nórdico que pueden contribuir a explicar su éxito y servirnos para reflexionar sobre nuestro propio sistema de enseñanza.

DIEZ PILARES DEL SISTEMA EDUCATIVO FINLANDÉS

  1. 1. Los docentes son profesionales valorados. La educación es una profesión con prestigio y los profesores tienen gran autoridad en la escuela y en la sociedad. El equivalente a Magisterio en Finlandia es una titulación complicada, exigente y larga, que además incluye entrevistas personales, por lo que los maestros son profesionales muy bien preparados y vocacionales.  

  2. 2. La educación es gratuita y, por lo tanto, accesible a todos. El sistema educativo público establece que la educación es obligatoria y gratuita entre los 7 y los 16 años y debe ser impartida por centros públicos. Tampoco se paga por los libros ni por el material escolar, y todos los niños reciben una comida caliente al día en el colegio, también gratuita. En el caso de que el niño viva a más de 5 kilómetros del centro escolar, el municipio debe organizar y pagar el transporte.

  3. 3. El reparto del dinero público se hace de forma equitativa. Los fondos estatales se reparten de forma justa entre los centros. Hay una base de subvención común para todos pero la cifra final varía atendiendo a las necesidades de cada uno, de manera que se compense a aquellos con más carencias para equipararlos al resto. La igualdad de oportunidades es un valor esencial.

  4. 4. El currículo es común pero los centros se organizan. Cada escuela y sus profesores diseñan y organizan el currículo (aunque tiene unas líneas generales y un marco común para todos) y se planifican para conseguir los logros establecidos como mejor consideren.

  5. 5. La educación se personaliza. Desde los primeros cursos se interviene para apoyar a los alumnos con necesidades especiales, con lo que se evita que sus dificultades aumenten con los años y se minimizan los porcentajes de fracaso escolar. Se respeta el ritmo de aprendizaje de cada niño y se huye de las pruebas y actividades estandarizadas. Además, los profesores suelen ocuparse del mismo grupo desde 1.º (7 años) hasta 6.º (12 años), lo que ayuda a que los conozcan mucho mejor.

  6. 6. Los alumnos tienen tiempo para todo. La educación se toma en serio pero también se da importancia al juego y al descanso. Los niños no comienzan el colegio hasta los 7 años, momento en el que se les considera maduros para aprender. Además, las jornadas lectivas son más cortas. Los estudiantes de Primaria tienen solo 3 o 4 clases al día, con descansos de 15 minutos entre cada una de ellas a los que se suma el descanso para comer. Apenas hay deberes, el trabajo se hace en clase, no en casa.

  7. 7. Preparar la clase es parte de la jornada laboral. Los profesores no imparten tantas horas de clase como en otros países, sino que el tiempo que pasan en el aula es más reducido y destinan las horas restantes a preparar sus lecciones, investigar, organizarse o trabajar de forma colaborativa con otros docentes.

  8. 8. Se evita la competencia y las cifras. Los estudiantes no hacen exámenes ni reciben calificaciones hasta 5.º curso (11 años) y los informes que el profesor elabora para los padres son descriptivos, no numéricos.

  9. 9. Se premia la curiosidad y la participación. La imaginación y la capacidad de emprendimiento son muy apreciadas en la sociedad finlandesa, abundan los profesionales de campos artísticos y creativos y también los de tecnología e ingeniería. Esto también se fomenta en la educación, donde se valora la creatividad, la experimentación y la colaboración por encima de la memorización y las lecciones magistrales.

  10. 10. Los padres se implican. La sociedad y las familias consideran que la educación es fundamental y la complementan con actividades culturales. A esto contribuyen las ayudas que reciben los padres para la conciliación de la vida laboral y familiar, para que dispongan de más tiempo con sus hijos.

Educación Finlandia

Enlace web: http://www.aulaplaneta.com/2015/01/22/noticias-sobre-educacion/las-diez-claves-de-la-educacion-en-finlandia/?utm_source=Facebook&utm_medium=postint&utm_campaign=rssint

viernes, 15 de mayo de 2015

Leer cuentos a los niños moldea su cerebro y les predispone a la lectura.-


Leer cuentos a los ni%C3%B1os moldea su cerebro y les predispone a la lectura Leer cuentos a los niños moldea su cerebro y les predispone a la lectura

Leer cuentos a los niños pequeños modifica su actividad cerebral y les predispone a la lectura, al tiempo que refuerza las habilidades de lectura temprana. Estas son las conclusiones de una nuea  investigación presentada en la última  Reunión Anual de las Sociedades Académicas de Pediatría celebrada en San Diego, Estados Unidos.
John Hutton, autor del estudio, se muestra muy contento porque por primera vez se ha demostrado que la exposición a la lectura durante la etapa crítica de desarrollo previa a la guardería parece tener un impacto significativo y medible sobre cómo el cerebro de un niño procesa historias y puede ayudar a predecir el éxito en la lectura.
“De particular importancia son las áreas del cerebro que resaldan las imágenes mentales, ayudando al niño a ver la historia más allá de las imágenes, afirmando el papel inestimable de la imaginación”, dice Hutton.
Para demostrar si la lectura en los niños en edad preescolar afecta a las redes cerebrales que apoyan las habilidades de lectura, Hutton y sus colegas estudiaron a 19 preescolares sanos de edades entre 3 y 5 años, el 37 por ciento de los cuales eran de familias de bajos ingresos. El cuidador principal de cada niño completó un cuestionario diseñado para medir la estimulación cognitiva en el hogar. El cuestionario analizó tres áreas: la lectura de padres a hijos, incluyendo el acceso a los libros, la frecuencia de la lectura y la variedad de libros leídos; la interacción entre padres e hijos, incluyendo hablar y jugar; y si los padres les enseñan habilidades específicas como contar y formas.
Los niños se sometieron a imágenes por resonancia magnética funcional (fMRI), una prueba que mide la actividad cerebral, mientras escuchaban historias apropiadas para su edad a través de auriculares. Los niños estaban despiertos y no sedado durante la fMRI y no había ningún estímulo visual. Los investigadores estaban interesados en si habría diferencias en la activación cerebral que sustenta la comprensión de las historias en las zonas que se sabe están involucrados con el lenguaje.
Los resultados mostraron que una mayor exposición a la lectura en el hogar está fuertemente asociada con la activación de áreas cerebrales específicas que apoyan el procesamiento semántico (la extracción de significado del lenguaje), áreas que son críticas para el lenguaje oral y después, la lectura. Las áreas del cerebro que apoyan la imaginación mental mostraron una activación particularmente fuerte, lo que sugiere que la visualización juega un papel clave en la comprensión de la narrativa y la preparación para la lectura, permitiendo a los niños “ver” la historia.


“Esto se vuelve cada vez más importante a medida que los niños pasan de libros con dibujos a libros sin ellos, en los que deben imaginar qué está pasando en el texto”, afirma Hutton. Las asociaciones entre la exposición a la lectura en el hogar y la actividad cerebral se mantuvo fuerte después de controlar el ingreso de los hogares. “Esperamos que este trabajo guíe la investigación sobre la lectura compartida y el desarrollo del cerebro para ayudar a mejorar las intervenciones e identificar a los niños en riesgo de dificultades lo antes posible, elevando las posibilidades de que tengan éxito en el maravilloso mundo de los libros”, concluye.

Enlace web: http://www.actualidadliteratura.com/leer-cuentos-a-los-ninos-moldea-su-cerebro-y-les-predispone-a-la-lectura/?utm_source=feedburner&utm_medium=email&utm_campaign=Feed:+ActualidadLiteratura+(Actualidad+Literatura)

viernes, 1 de mayo de 2015

Menos obligación y mucha más ilusión.-

Debería empezar por confesar que buena parte de mi vida la he pasado siendo un niño adaptativo. Muchos de mi generación respondemos a ese patrón actitudinal: caer bien, quedar bien, hacerlo todo bien. Ser, ante todo, obedientes. La manera de ser amados se correspondía con la capacidad de generar en los demás un estado de simpatía hacia nuestra persona. Y nada funciona mejor en este sentido que adaptarse a las demandas del medio y de las voluntades ajenas. Imposible desobedecer. Imposible fallar. Imposible actuar según los propios designios, según las ganas y según los latidos del corazón.
Adaptarse al medio no es ningún demérito, más bien al contrario. Sin embargo, cuando la adaptación se pone al servicio de las transacciones afectivas, de la búsqueda de aprobación y estima de los demás, entonces tenemos un problema. La vida se convierte en la obligación de ser buenos, de corresponder a las expectativas ajenas. Se construye así una identidad disociada: quien soy por fuera y quien soy por dentro. La zona abierta y la zona oculta. Lo malo es que uno llega a creer que lo que existe ahí dentro es vergonzoso. Por eso hay que ocultarlo.
“La sencillez y naturalidad son el supremo y último fin
de la cultura”
(Friedrich Nietzsche)
Con el paso de los años, las personas que se han pasado la vida obligándose a ser buenas acaban tan hartas que prefieren encerrarse en sí mismas. Deciden vivir por fin su vida oculta, solo que no lo saben hacer ante los demás, por lo que prefieren que las dejen en paz. Hartas de todo, se aíslan, van a lo suyo y la familia con un ratito basta. Se abandonan porque no quieren más obligaciones.
El doctor Eric Berne se hizo popular por su teoría sobre el análisis transaccional o los tres estados del yo: el niño, el adulto y el padre. Esas figuras simbólicas que todos llevamos encima son fáciles de reconocer si escuchamos nuestros diálogos internos. Pero más allá de su teoría y de la atinada descripción de los juegos en los que vivimos según Berne, el niño es la parte más valiosa de la personalidad, ya que contribuye al impulso creador, el encanto, la intuición o el placer.

Ideas y caminos

ILUSTRACIÓN: ALBERTO VÁZQUEZ
Lecturas
– ‘Ser. Curso de psicología de la autorrealización’. Antonio Blay. Ediciones Índigo.
– ‘Juegos en que participamos’. Eric Berne. Editorial Diana (México).
– ‘Nada por obligación, todo con ilusión’. Oriol Pujol Borotau. Amat Editorial.
No obstante, distingue entre el niño adaptado y el niño natural. El primero es el que modifica su comportamiento bajo la influencia parental. Se porta como el padre o la madre querían que se portara. O se adapta y lo hace con dos posibles expresiones: encerrándose en sí mismo o quejándose. El niño natural es una expresión espontánea. Es rebelde o creativo, por ejemplo.
De ahí obtenemos una primera pista valiosa: el precio de la adaptación consiste en partirse en dos. Uno es complaciente. El otro, ocultamente insatisfecho. De este modo crece sufriendo esa doble existencia. La de fuera, elogiada por todo el mundo. La de dentro, odiada por uno mismo. La que se muestra y la que se oculta. Una cara es el éxito; la otra, el aburrimiento. O se cae en la vanidad y el narcisismo o se muere de envidia o de vacío. Mal asunto.
Cuenta Antonio Blay que lo que surge del fondo de nuestro ser es inteligencia, energía y afecto. Pero, en cambio, el modo de ser se adquiere a través de lo que se nos enseña, lo que se debe hacer, cómo hay que hacerlo y lo que no hay que hacer. El niño (voy a utilizar el genérico de Berne, aunque se entiende que hablo de la niña también) aprende que no vale tanto por lo que es, sino por su adaptación a un modo de ser ajeno a él. Es así como construimos un exterior que, con tal de garantizarnos seguridad, afecto y felicidad, nos pide a cambio que renunciemos a nuestra naturalidad.
“Quien es auténtico asume la responsabilidad por ser lo que es y se reconoce libre de ser lo que es" (Sartre)
Dice Blay: “El niño desconecta de su fondo de energía, de su fondo de vitalidad, de donde surge la capacidad combativa de vivir, de jugar, de expresar sus necesidades vitales”. Es así como uno pierde la seguridad en sí mismo. El niño deja de vivir en su fuente natural y acaba por depender de las fuentes externas, la madre primero y el mundo después. Pero ¿qué ocurre cuando, a pesar de ser bueno y adaptado, ahí fuera les niegan sus necesidades? Entonces el niño se encuentra sin soporte central y sin soporte exterior y por unos momentos se encuentra totalmente aislado, desconectado, en una soledad total. Es el estadio de angustia fundamental.
Esa ansiedad la seguimos viviendo de adultos cada vez que sentimos la duda de quién somos o de no funcionar según los modelos establecidos. Se llega a un callejón sin salida: si soy yo, no me querrán. Nos abandonamos a nosotros mismos para que no nos abandonen los demás, los que creemos fuente de todo lo que necesitamos. La mayor parte de las personas que juegan a ser buenas, que tienen la necesidad imperiosa de sentirse bondadosas y lograr ser queridas, lo hacen para evitar esas angustias. Así han aprendido a vivir con obligaciones, remordimientos y culpabilidades.
No fue hasta los cuarenta y tantos cuando aprendí de mi maestro Oriol Pujol Borotau una de sus mejores lecciones orientales: ¡Todo con ilusión, nada por obligación! Lo que encierra esta frase tan breve es toda una declaración existencial. Los griegos nos impulsaron hacia la virtud a través de la lucha y la victoria, para obtener así la condición de personas honorables. Hoy preferimos hablar de ilusión y de felicidad, de fluir, de amar y de sentir pasión por aquello que nos gusta.
“La diferencia entre el pasado, el presente y
el futuro es solo una ilusión persistente”
(Albert Einstein)
No obstante, para llegar a tales plenitudes es necesario un ejercicio de autoconocimiento que permita observar y corregir la pesadez de seguir siendo un modelo a los ojos del mundo. Atreverse a ser uno mismo pasa por tener a raya al niño adaptativo, abandonar la obligación interior de ser siempre bueno y preferir mostrarse con autenticidad. Para ello hay que vencer esas angustias que ahora perviven como memorias emocionales. Hay que abrazar la vulnerabilidad de sentirse desnudo hasta descubrir lo bien que sienta recuperar la naturalidad. Aquella que no se basa en modelo alguno, sino en inteligencia, amor y energía. El resto es mera reactividad, miedo y control.
A veces, el planteamiento es sencillo: ¿qué es lo que hago por obligación?, ¿qué es lo que hago con ilusión? El caminante que hace camino al andar debe avanzar ligero. Cuando su mochila está demasiado cargada de obligaciones, debe soltar lastre. Y una de las más pesadas es la que obliga a recorrer la senda que quieren los demás. Hay que encontrar el propio camino y revisar de vez en cuando si se sigue siendo feliz al andar.
Enlace: http://elpais.com/elpais/2013/03/15/eps/1363368122_020508.html?id_externo_rsoc=FB_CM