BoooKids, la primera feria internacional de literatura infantil, apuesta por relatos que educan en la diversidad. Los libros de Olga de Dios son un buen ejemplo de ello.
Un monstruo rosa que se siente incomprendido en un mundo poblado por monstruos azules. Un pájaro amarillo cuyas alas son demasiado cortas para volar, y contempla cómo sus congéneres viajan a tierras lejanas mientras él permanece pegado al suelo. Los protagonistas de los libros infantiles de Olga de Dios son personajes que aprenden a superar sus desventajas en un mundo que, como el real, está dominado por la normatividad. Es decir; personajes sin miedo a transgredir. Personajes casi políticos. “Mis libros tienen un objetivo transformador y mi trabajo pretende transmitir la importancia y el valor de la diferencia, de la igualdad de oportunidades entre las personas, de la cultura libre, el cuidado del medio ambiente y el consumo responsable”, cuenta esta artista e ilustradora cuyos libros infantiles (Buscar, Monstruo Rosa y Pájaro Amarillo) han traído un soplo de aire fresco a la tradicionalmente anquilosada literatura infantil. “Me preocupa cuestionar las relaciones de género y a través de mis personajes intento sumar referentes de identidades diversas, cuestionando la normatividad que muchas veces, aunque cada vez menos, inunda la literatura en general y en particular la literatura dirigida a la infancia”.
El próximo 27 de diciembre, Olga de Dios imparte un taller de ilustración para niños en Boookids, la primera Feria Internacional de Libros Infantiles de Madrid, que se celebra en Conde Duque como parte de la programación navideña del nuevo ayuntamiento de la capital. Sus libros estarán además disponibles en el puesto que Apila Ediciones tiene en la feria, una iniciativa que rescata la parte más subversiva e independiente de la escena editorial infantil. ¿Puede un libro infantil ser político? “Yo no pretendo ser subversiva con mis libros, soy ilustradora y mis libros cuentan historias que pretenden generar preguntas y promover la capacidad crítica en quienes se acercan a ellas”, explica Olga de Dios. “La ilustración me permite ampliar referentes, presentar personajes visualmente muy abiertos en los que muchas personas encuentran representados sus sentimientos y mi universo creativo son escenarios de ficción en los que represento mis ideas y sueños de un mundo más justo, pero creo que los subversivos y las subversivas serán las niñas y niños que así lo decidan”.
En efecto, así es. La ausencia de género de sus personajes, definidos por colores, especies animales y tamaños, pero no mediante clasificaciones binarias, tiene mucho que ver con el tema que más preocupa a la artista: la diversidad. “El respeto a la diferencia y la transmisión de la diversidad como elemento enriquecedor de nuestra sociedad son principios en los que creo profundamente y transmito en todas mis obras”, explica. Por eso, quizás, el éxito de Olga de Dios se deba a que hasta ahora pocos proyectos dirigidos al público infantil habían expuesto estas cuestiones de un modo tan claro. No es fácil que los nuevos modelos de familia que ya son una realidad en la sociedad española se vean representados en títulos infantiles que inciden una y otra vez en los valores de antaño. “No puedo saber a qué se debe la aceptación de mi trabajo, eso hay que preguntárselo al público, pero sí puedo asegurar que muchas personas y familias me escriben para felicitarme por mi trabajo y me transmiten que les gustan mis cuentos porque se encuentran representadas en ellos y al contarlos encuentran una manera de hablar de sus vidas”, razona la artista. “Por ello, trabajo mucho en intentar reflejar en mis historias la diversidad de familias y de maneras de vivir, en construir paisajes contemporáneos liberados de prejuicios y restricciones discriminatorias”.
“A través de mis personajes intento sumar referentes de identidades diversas, cuestionando la normatividad que muchas veces, aunque cada vez menos, inunda la literatura en general y en particular la literatura dirigida a la infancia”
Esos paisajes a los que se refiere han llegado a latitudes tan lejanas como Japón, China o Corea, cuyos públicos han identificado sin dificultad las cuestiones que trata Olga de Dios en sus libros. Esta ilustradora cuenta con un perfil internacional y ha firmado dos de los álbumes infantiles más innovadores y populares de los últimos años, pero no por ello renuncia a la cultura libre; su último libro, Pájaro amarillo, se puede descargar libremente en PDF bajo una licencia Creative Commons en su página web, en la que también existe la opción de adquirir una copia física del mismo o efectuar un donativo. Como si, por una vez, el sistema no aspirara a convertir a los niños en consumidores, sino en ciudadanos.
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