miércoles, 17 de febrero de 2016

Hay que acostar a los niños leyendo un libro y no mirando televisión.-


Si bien la lectura relajada ayuda a desarrollar la percepción de la persona para comprender el mundo que la rodea, la lectura analítica aumenta el flujo de sangre hacia el cerebro en general, pero específicamente hacia la corteza prefrontal. Esta región se ocupa de una serie de procesos cognitivos que trabajan para ayudar a la administración de la atención y la realización de actividades complejas. Estos resultados preliminares darán como resultado una investigación más profunda sobre cómo la lectura puede moldear y cambiar la cognición de la gente. Leer con nuestros hijos obras que les dejen un mensaje de unidad entre la gente, de responsabilidad mutua y de empatía hacia sus semejantes es indispensable.

El artículo 31 de la Convención sobre los Derechos del Niño, de 1989, establece que los estados que la suscriben“reconocen el derecho del niño al descanso y el esparcimiento, al juego y a las actividades recreativas propias de su edad y a participar libremente en la vida cultural y en las artes”. En ese sentido, para el pedagogo y dibujante italiano Francesco Tonucci, “es jugando como el niño se desarrolla, y por eso le es reconocido como un derecho”.
Y para jugar, no es necesario gastar un dineral en los juguetes más avanzados a nivel tecnológico. No. “Los buenos juguetes cuestan muy poco”, explica Tonucci durante la presentación de la conferencia “Más juego, más movimiento: más infancia” que brindó ayer en el salón Maestro Alfredo Bravo del Palacio Sarmiento, invitado especialmente por la Biblioteca Nacional de Maestros (BNM), en una iniciativa compartida entre el Ministerio de Educación de la Nación y la Fundación Arcor.

“El barro es el príncipe de los juguetes -continuó Tonucci-. El barro no es nada y puede ser todo. Y a lo largo de la historia de la humanidad, ha sido un material que ha servido para hacer infinidades de cosas. Es un material riquísimo. Y en manos de los niños…” Tonucci no termina la frase y dibuja con su mano abierta un rulo en el aire. La metáfora tiene una explicación: “Un buen juguete es lo que se presta a muchos usos, con distintas condiciones sociales”, agrega el pedagogo, que luego enumera y clasifica como buenos juguetes a la pelota y a la muñeca, chiches que todo niño y toda niña han tenido alguna vez y que sirven para muchas cosas.

Pero Tonucci deja para el final la referencia a otro “buen juguete”: el libro. “A mí me gusta mucho pensar que algún día un padre le dará dinero a su hijo, lo llevará a una librería y le dirá: ‘Elige un libro’.” Ese libro, seguramente, se irá a una casa, de la mano de ese niño, esperando ser leído. Y para Tonucci ahí nace la relación que generará un nuevo lector: “Creo que lo más importante es ofrecer a los niños la experiencia de la escucha. No se puede aprender a leer bien y con gusto sin haber vivido, sin haber tenido una experiencia de gozar con la escucha de un adulto que lea al niño. Pero como no todas las familias pueden acceder a ese derecho, es obligación de la escuela hacerlo para todos los niños, de manera que todos tengan una experiencia básica fundamental para pasar a la parte técnica del aprendizaje de la lectura”. Para “Frato”, como lo apodan al pensador y dibujante italiano, “un niño debería empezar a leer porque desea leer; porque vivió la experiencia fascinante de la escucha de la lectura de libros que un adulto le regaló a lo largo de días y días”, y considera que esto debería ser costumbre en las escuelas, con una franja horaria establecida para tal fin. “Esta es la única garantía de que en esos niños pueda surgir el deseo de aprender a leer. Una vez hecho esto, lo más importante ya estará conseguido, y después el aprendizaje instrumental de la lectura es una cosa que los niños hoy en día aprenden solos”, agregó.

Además del pedagogo y dibujante  invitado, participaron de la conferencia la socióloga Cristina Diéguez, y especialistas de la Dirección de Educación Inicial del Ministerio de Educación de la Nación. La propuesta ha sido declarada de interés educativo por el Ministerio, y tuvo como eje central el derecho a jugar, buscando interpelar a los adultos sobre las genuinas oportunidades que tienen los niños y las niñas en relación con el juego y el movimiento.

Finalmente, para arrojarse a la práctica de la lectura con un niño, Tonucci recomienda “leer sin temor, sin pensar que se está perdiendo el tiempo o que se podría hacer algo de mayor importancia”. Y antes de ir a la cama “acompañar a los niños a dormir leyendo un libro y no mirando la televisión, lo que constituye las bases de la lectura”. Esto, siempre, con la idea de jugar con el chico, porque en términos de jugar, para Tonucci “nunca se deja de ser un niño”. «

Abren nuevos cursos para docentes

“Si te capacitás sos mejor, para los pibes y para la sociedad”. Con esa frase, un docente cierra el video institucional que el ministro de Educación de la Nación, Alberto Sileoni, elige destacar al presentar los nuevos postítulos del Programa Nacional de Formación Permanente “Nuestra Escuela”, dirigido a todos los docentes argentinos.

El objetivo de estos postítulos es contribuir al crecimiento profesional de los docentes. “Son políticas públicas que buscan mejorar el sistema educativo”, explicó el titular de la cartera educativa nacional.

Con este lanzamiento, se abrieron 90 mil vacantes para docentes de gestión pública y privada que hasta el próximo viernes podrán inscribirse en especializaciones en Políticas Socioeducativas; Educación y Derechos humanos; Escritura y Literatura en la Escuela Secundaria; Ciencias Sociales y su enseñanza; Matemática en la Escuela Primaria; Matemática en la Escuela Secundaria; Alfabetización Inicial; y se suman las ya existentesEducación Primaria y Tics y Educación y TIC.

Enlace web: http://www.aldeaviral.com/hay-que-acostar-a-los-ninos-leyendo-un-libro-y-no-mirando-television/

viernes, 12 de febrero de 2016

Los beneficios de la meditación en niños.-



El psicologo y autor Luis López apunta que hay más de 40 colegios que imparten estas técnicas en las aulas.

Según el doctor en Psicología Luis López, autor de «Meditación para niños», en un principio los niños no tienen ningún deber de meditar, «pero sí es conveniente que aprendan a hacerlo» y se supone que aprenden en un entorno en el que «los padres también deberían aprender a meditar».
Explica que meditar no implica hacer algo totalmente nuevo, «pasa por buscar la calma, la sencillez, la integridad». «Siempre ha habido formas en las casas para buscar estos estados de quietud y los niños tienen que aprender una habilidad que los padres se supone que tiene que desarrollar, lo mismo que hablar una segunda o tercera lengua».
—Hace años nunca se hablaba en nuestro país de la meditación en niños, ¿son los padres -y su vida estresante- los culpables?
Para nada son culpables de nada. Todas las sociedades ha tenido formas de meditación, de hecho, en nuestra cultura judeo-cristiana, el cristianismo se ocupaba de los rezos con su pedagogía de la reconciliación —llámese confesión—, ir a misa los domingos, son formas de pedagogía que todas las culturas tienen para mirar en el mundo interior de las personas.
Poco a poco se ha quitado la parte religiosa de las sociedades y esto se está llevando a la observación científica. Es decir, desde hace unos veinte años se observa que la meditación, el silencio, la oración..., ayudan a las personas a desarrollar unas habilidades. Por otra parte, la sociedad tan estresante en la que vivimos, el correr tanto, el uso de la tecnología y hacer tantas cosas a la vez, nos llevan a estresarnos.
—¿Cuáles son los verdaderos beneficios para el niño?
Son varios. A nivel somático se regulan mucho más todos su órganos, sus capacidades cardiovasculares y su desarrollo neurológico. De cara a sus habilidades cognitivas, el niño que aprende a meditar, desarrolla todas sus competencias intelectuales como el sentido cognitivo: mejora la atención, la capacidad de abstracción, de lógica, de cálculo, etc.
Por otra parte, cualquier otra actividad que el niño desarrolle, ya sea deportiva, creativa, artística o social, se va a ver beneficiada de la práctica de la meditación por lo que podemos afirmar que desarrolla todas las habilidades individuales, tanto las psicomotrices e intelectuales.
Además, el niño que medita, que escucha sus emociones, va a desarrollar sus habilidades sociales, va aprender a conocer sus límites, sus capacidades, aprenderá a perdonarse a sí mismo, a los demás, a desarrollar la asertividad y la empatía.
—¿Cuánto tiempo de meditación se necesita para obtener buenos resultados?
No tenemos que meditar para obtener resultados, es como ir de vacaciones para divertirnos. Si vamos de vacaciones es por necesidad, pero no solo por el objetivo de pasarlo absolutamente bien. Solemos decir a posteriori: «me lo he pasado muy bien». Pues con la meditación pasa lo mismo: es necesario hacerla, pero nadie sabe cómo nos va a ir. En todo caso, para notar cambios en la conducta de los niños o en su forma de estar o sentir, deberíamos estar, al menos, unos meses sistematizando esta práctica.
—¿A partir de qué edad debería hacerse meditación? ¿Con qué frecuencia?
No hay una edad concreta en la que un niño empieza a dominar el castellano, y lo mismo pasa con la meditación. Los niños balbucean posturas, aprenden a estar en sus silencios y, entonces, más que preguntarnos a qué edad se empieza a meditar, podemos preguntarnos qué actividades ya pre meditativas realizan, como recortar con las tijeras, jugar con la plastilina, jugar con el agua, buscar el silencio, esconderse debajo de la cama, hacer manualidades... para no retirárselas en la medida en la que van creciendo.
Por otra parte, los niños juegan con la fantasía, con el universo, con el más allá y, por lo tanto, desde pequeños ya están aprendiendo a meditar. Ahora bien, creo, que lo que llamamos estar con una postura correcta se podría empezar desde los 6 o 7 años y con la frecuencia que los padres o tutores vean que es necesario.
A los niños hay que darle las cosas como a niños, no en pequeñas dosis, sino en forma de juegos más que hacer ejercicios concretos a las ocho de la mañana. Debemos aprovechar, por ejemplo, mientras nos despertamos, y hacer un agradecimiento a la vida, hacer unas respiraciones profundas o, cuando vamos en el coche con ellos, podemos pedirles que observen su entorno y, después, si en algún momento del día se sienten nerviosos, pueden recordarlo.
—¿Para qué perfiles está más indicado? ¿Sólo para los niños nerviosos o impulsivos?
La meditación no está indicada para niños nerviosos o impulsivos, porque no es una medicina que se prescribe para que las personas puedan para paliar algo. Eso es una falsedad. Meditar es estar con uno mismo, conocerse, es crecer interiormente, es aprender a ser buena persona, compasivo con uno mismo y con los demás, a empatizar... y esto no lo hacen las personas que son nerviosas. Es más podemos ser personas nerviosas e impulsivas, pero el hecho de conocernos, perdonarnos y amoldar o anticipar que podemos estar nerviosos, ya forma una parte de la meditación. Por ello, diría que está indicado para todos los niños y niñas.
Excepto, o al menos hay que tener cuidado, con aquellos niños con trastornos psicológicos o que estén pasando por un periodo traumático. No lo aconsejo si no hay una prescripción médica o un acompañamiento por parte de psicólogos y pediatras a niños que se estén medicando para el TDH o medicamentos para el sistema nervioso central. Sí que parece que hay estudios que una meditación bien hecha, incluso hasta con trastornos de esquizofrenia, siempre que haya cuidados psiquiátricos, están dando buenos resultados, pero en principio, no lo recomendaría solamente con un libro en niños con problemas psicológicos que mediten, y menos solos.
—¿Es necesario contar con profesionales en la materia y meditar en su presencia o basta con utilizar libros guía?
Un libro es una guía, un anticipo, es un probar algo y un libro para aprender a meditar es insuficiente si nos queremos adentrar en ello. Pero también es verdad que el libro «Meditación para niños» puede dar a los padres, de entrada, las pautas de lo que no deben de hacer y animarles a arriesgarse, en compañía de sus hijos, a hacer desinteresadamente, sin esperar nada, algunas prácticas. No obstante, aconsejo siempre ir a algún grupo, o a algún encuentro o curso de meditación para niños. Un libro nos puede ayudar a dar los primeros pasos en este ámbito.
—¿Debería dedicarse en las escuelas un tiempo a que los alumnos meditaran? ¿Cuánto tiempo y por qué? ¿Se puede realizar en grupo?
De hecho en España hay varios programas, uno de los cuales tengo el orgullo de dirigir, que es el «Programa Treva» (Técnicas de relajación vivencial) que cuenta con una serie de formadores en todo el estado español. Su objetivo es introducir en el aula las técnicas de meditación y mindfulness en varias escuelas.
Ahora mismo, en España hay más de cuarenta escuelas que ya trabajan con este programa y se pretende, en primer lugar, enseñar a los profesores a que dominen estas técnicas para estar más tranquilos y compasivos y para que aprendan a gestionar sus emociones en clase.
Posteriormente se les enseña cómo hacerlo dentro de un pequeño gracias a una serie de materiales que planifican qué tienen que aprender los niños respecto a estas competencias. Lo mismo que hablamos de competencias lingüísticas o de cálculo, en este caso, los niños tiene competencias básicas y especiales de relajación y meditación.
En cuanto al tiempo, se debe dedicar cada día un rato a esta práctica y todo lo que se haga en grupo fortalecerá mucho las habilidades meditativas.
De hecho es tal la necesidad que hay ahora en nuestro país que en la Universidad de Barcelona dirijo un Master en Técnicas de Relajación y Meditación y Mindfulness dirigido tanto al ámbito educativo, clínico y social.
Enlace web: http://www.abc.es/familia/padres-hijos/abci-beneficios-meditacion-ninos-201602040157_noticia.html


Harvard revela en 5 claves cómo educar a tus hijos para que sean buenas personas.-


  • El prestigioso centro de estudios ha entrevistado a más de 10.000 estudiantes en el marco de su proyecto 'Making Caring Common' (Hacer de la solidaridad algo común).
  • El informe señala que para la mayoría de los encuestados el éxito personal (los logros académicos o la felicidad individual) prevalecen sobre el interés por los demás.

El proyecto 'Making Caring Common' (“Hacer de la solidaridad algo común”), es una iniciativa de la Escuela de Educación de Harvard, que ha consistido en encuestar a más de 10.000 alumnos estadounidenses de primaria y secundaria. Todos ellos han sido entrevistados con el objetivo de conocer cuál es su escala de valores reales en la vida cotidiana. De allí, el prestigioso centro educativo ha elaborado sus conclusiones en las que formula un severo llamado de atención a padres y docentes, acerca de cómo pueden influir en la educación para conseguir que los niños seanmejores personas.
En primer lugar, el estudio revela un aspecto preocupante: la mayoría de los jóvenes, sin distinción de raza, cultura o sector socioeconómico, considera que son mucho más importantes los aspectos del éxito personal –los logros académicos o la felicidad individual– que el interés por los demás.
Para la inmensa mayoría de los encuestados, "ser justo" o "amable" se considera mucho menos importante que otros aspectos de la vida, como“trabajar duro”. Según los psicólogos y pedagogos responsables de la iniciativa, la encuesta dibuja un claro fracaso educativo: “Los valores de nuestra juventud se han torcido, y los mensajes que los padres están transmitiendo quizás sean la clave del problema”, señalan.
Tomando esta premisa como punto de partida, los investigadores de Harvard han elaborado una guía de cinco reglas para ayudar a padres y educadores a criar niños con un sentido más elevado de la solidaridad y la amabilidad. En consecuencia, para educar a nuestros descendientes y conseguir que éstos sean mejores personas. Éstos son los cinco puntos claves:

1. Hacer del cuidado de los otros una prioridad

Los padres tienden a dar prioridad a los logros y felicidad de sus hijos por sobre la preocupación que sus hijas puedan tener respecto a los demás. Pero los chicos necesitan aprender a equilibrar sus necesidades con las de los otros, desarrollando la empatía y la solidaridad como valores fundamentales de una comunidad.
Los niños necesitan saber que para sus padres el cuidado de los demás es una prioridad. Una gran parte de esto se consigue generando en los niños expectativas éticas por parte de los padres y de la comunidad, tales como cumplir sus compromisos, incluso si se hace los hace infelices por un rato.

2. Proporcionar oportunidades para que los niños practiquen la amabilidad

Los investigadores señalan que los niños necesitan practicar el cuidado de los demás y expresar gratitud por aquellos que se preocupan por ellos y contribuir a la vida de otros. Los estudios demuestran que las personas que tienen el hábito de expresar la gratitud son más propensos a ser útiles, generosos, compasivo y piadosos, y también son más propensos a ser felices y saludables. Aprender a ser amable es como aprender a tocar un deporte o un instrumento. La repetición diaria, como ayudar a un amigo con la tarea por ejemplo, hacen que ser solidarios sea parte de su naturaleza y desarrolla y perfecciona en los jóvenes las capacidad para ser amables.

3. Ampliar el círculo de preocupación de los hijos

Casi todos los niños se preocupan por el pequeño círculo que forman sus familias y amigos. Nuestro reto es ayudar a nuestros hijos a aprender a preocuparse por alguien fuera de ese círculo, como el nuevo de la clase, alguien que no habla su idioma o alguien que vive en un país lejano. Sóloa través de este esfuerzo, los niños serán capaces de darse cuenta de la existencia de personas que normalmente pasan desapercibidas, que son precisamente las que necesitan más ayuda.

4. Los adultos deben ser para ellos un claro modelo de conducta moral

Todos los adultos son modelos para los niños: lo que nosotros hagamos lo harán ellos también. Si queremos una sociedad en la que la juventud sea solidaria y amable nosotros también debemos tratar de ser solidarios y amables, ampliando nuestro “círculo de interés” y profundizando en nuestra comprensión de la equidad y la justicia. Los niños aprenden losvalores éticos observando las acciones de los adultos que ellos respetan. También aprenden los valores de pensamiento a través de dilemas éticos con los adultos, por ejemplo, “¿Debo invitar a un nuevo vecino a mi fiesta de cumpleaños a pesar de que a mi mejor amigo no le cae simpático?”

5. Guiar a los niños en el manejo de los sentimientos

Tenemos que enseñar a los niños que todos los sentimientos están bien, pero que algunas formas de tratar con ellos no son útiles. Los niños necesitan nuestra ayuda para aprender a hacer frente a estos sentimientos de manera productiva. Los menores son también, desde muy pequeños, filósofos morales, y se plantean constantemente cuestiones éticas. Cuando los adultos fomentan este tipo de digresiones,colocan la injusticia en el radar de los niños, algo que les ayuda a saber cuáles son sus responsabilidades respecto a los demás y ellos mismos.

Enlace web: http://noticias.lainformacion.com/educacion/crianza/harvard-revela-en-5-claves-como-educar-a-tus-hijos-para-que-sean-buenas-personas_T7fWmq15YOOi1q7sE50T82/

viernes, 5 de febrero de 2016

Los tres consejos que cambiarán tu vida según la psiquiatría.-


Un estudio de la Universidad de Harvard afirma haber encontrado los tres secretos para ser feliz

Desde que nos levantamos hasta que nos acostamos nuestro cerebro trata de ser feliz. Sin embargo, según van pasando los días es imposible no preguntarse lo siguiente: ¿Es factible ser feliz?¿Es posible medir la felicidad? Si eres uno de los que no pueden evitar pensar constantemente en este tipo de cuestiones, la Universidad de Harvard (y más concretamente Robert Waldinger, director del «Estudio del Comportamiento adulto») ha acudido en tu ayuda. Y es que, este experto ha establecido los tres consejos que, según afirma, te cambiarán la vida.
Para realizar esta afirmación tan osada, Waldinger se basa en un estudio que está dirigiendo (basado en datos recabados desde 1938) y cuya investigación sigue todavía en ciernes. En el mismo se está analizando el comportamiento de dos grupos de voluntarios que, cada dos años, son sometidos a un profundo cuestionario sobre todos los ámbitos de su vida. «Nos bombardean constantemente con ideas y conceptos que tenemos que buscar para tener una buena vida. Pero... ¿Son verdad?¿Ser rico o famoso nos hace feliz?», explicaba el experto en una entrevista realizada por TED.

Los tres consejos que cambiarán tu vida

En palabras de Waldinger, es posible mejorar nuestra vida y ser más feliz con solo tres premisas:
1-Mantener vínculos cercanos. Está demostrado, las personas más felices y sanas mentalmente son las que se muestran más cercanas con sus familias y amigos. De hecho, el experto afirma que tienen además una vida más larga que aquellos que se muestran más lejanos de sus seres queridos.
2-Lo importante es la buena calidad de las relaciones, y no la cantidad. En ocasiones, pensamos que aquellos que más felices son los que tienen infinidad de amigos. Sin embargo, esto no es lo único que importa. Así lo demuestra el que muchos de los voluntarios que tenían discusiones constantes con compañeros, familiares y parejas mostrasen un nivel de felicidad muy bajo. Así pues, hay que evitar las relaciones conflictivas y apostar por las sanas. Y más a partir de los 30 años cuando, según la ciencia, el cómo nos relacionamos con los demás es determinante para nuestra salud mental.
3-Apoyar y entender «al otro». Estar conectado con otra persona es beneficioso a nivel mental. Sin embargo, para ello hay que apostar por la empatía, la cual consiste (entre otras cosas) en escuchar los problemas del otro y esforzarnos en entenderle. «A lo largo de estos casi 80 años de estudio, se ha demostrado que la gente con mayores signos de felicidad fueron aquellos se esmeraron en construir buenas relaciones, estar cerca de la familia, de los amigos y de su comunidad», explicó el experto.

Enlace web: http://www.abc.es/recreo/abci-tres-consejos-cambiaran-vida-segun-psiquiatria-201602041157_noticia.html